sábado, 22 de octubre de 2016

ACTIVIDAD 1 (Segunda entrada): Análisis de un texto de autor

Tras rebuscar por toda mi casa al rescate de algún cuento literario de mi infancia, y encontrar únicamente dos que no acababan de convencerme, decidí ir a la biblioteca. Después de no acabar de entendernos el bibliotecario y yo sobre lo que significaba literario (sin rozar lo paraliterario), de lo que no, acabé cogiendo dos cuentos: “El sol llega tarde” de Susana Piex y “Si yo fuera un gato” de Paloma Sánchez Ibarzábal. Volviéndolos a leer en mi casa, no me parecieron adecuados para este análisis, me parecían más apropiados para niños de infantil, para ser contados. 
Obligándome a recurrir de nuevo a mis dos propuestas caseras: “¡Qué desastre!” de Hans Wilhelm y “El rey solito” de Rafael Estrada, al cual tengo bastante cariño. Tras ver pros y contras de ambos, me decidí por “El rey solito”, quizás me guié por el recuerdo que tengo, y por la incertidumbre de porque me podía gustar tanto cuando lo leía, que me atraía de él. 

Rafael Estrada, escritor de esta obra literaria, comenzó su carrera profesional como dibujante de pequeñas viñetas cómicas, pintando cubiertas de cientos de libros y finalmente publicando libros como este en diferentes editoriales. Ha sido profesor de pintura en la Universidad de Oviedo, y ha impartido cursos en el CAP de Getafe. Actualmente se dedica a la literatura e ilustración de libros. Muchas de sus obras han sido publicadas en países de todo el mundo (Alemania, Polonia, Francia, Italia, Venezuela, Chile, Turquía….).








Título: El rey solito

Autor: Rafael Estrada

Ilustrador: Jesús Gabón

Editorial: SM

Fecha de la 1ª edición: Junio 1984

Edad en la que me baso para realizar este análisis: 3º de Educación primaria

FORMATO:

Tenía razón María Elena Camba (Mayo 2008) cuando dice que vivimos en una sociedad y época dominada por los signos icónicos, y lo primero que aprenden a leer los niños al nacer, son las luces y los colores que les rodean. Como bien dice un artículo que he consultado, para aprender el lenguaje escrito es imprescindible ponerse en contacto con él: mirar, tocar, hablar de libros… No solo se pueden leer las palabras, sino también las viñetas o las fotografías.

Con esto no podemos negar, que en lo primero que nos fijamos de un libro es en su cubierta, digamos que por los ojos es por donde nos entra el mayor número de información durante el día. La portada es muy importante para los niños, tiene que ser atractiva ya que los jóvenes lectores antes de poder juzgar el interior, el contenido o la historia, van a tener que leer de alguna manera la portada. Esto, a tener en cuenta a la hora de escribir un cuento infantil. Al contrario, si tenemos que comprarlo o proponerlo para nuestros alumnos, fijarnos en el exterior no es suficiente. La portada de este libro no tiene mucho color ya que es un solo personaje sobre un fondo blanco. Me parece una portada limpia que resalta al personaje más importante de todo el texto. Veo al protagonista como un personaje cómico y llamativo que a los niños de ocho y nueve años puede llamar la atención perfectamente. 

“El rey solito” no tiene más de 60 páginas, esto es un punto a favor para proponerlo en esta edad. Que un niño pueda llevar consigo un libro al mayor número de lugares posibles, hace que el niño no sienta que es una carga para él, y por lo tanto poder tener mayor accesibilidad y contacto con él para poder sacar el máximo provecho. Dejando de lado, por supuesto, la posibilidad de tener un niño con alguna dificultad motriz, y dependiendo, claro, del nivel de esta discapacidad. 

Cuando un niño abre un libro se siente atraído por sus ilustraciones ya que comprende sus mensajes antes que ningún otro idioma. Para el niño es igual de importante el contenido del texto que el de las ilustraciones.
En el caso de las ilustraciones del interior de este libro, podría encajar en una lectura para niños de primer ciclo (como propone el libro), ya que estos niños son más visuales a esta edad y necesitan una apoyo gráfico de lo que ocurre en el libro para completar el texto, y este libro recoge más del 25% del texto en ilustraciones. Sin embargo, tercero de primaria no puede todavía deshacerse de las imágenes acompañantes, pero si que es cierto que deben comenzar a buscar ese nivel connotativo (interpretación) de la literatura.  
A favor del libro, las ilustraciones son bastante apropiadas para que la imaginación de los niños de primer ciclo, no se estanque y puedan empezar a dar sentido a las palabras que no están representadas. Con esto quiero decir, que el texto deja volar al imaginación de los niños a pesar de que el texto se apoya en las ilustraciones, pero son dibujos sin acabar, son puramente orientativos. 
Como crítica a lo anteriormente dicho, estos dibujos no solo me parecen abundantes para la edad que yo he elegido, sino que también retiro que vuela la imaginación de lo niños de segundo ciclo. Puede que a los niños de primer ciclo e incluso a los más pequeños de clase se apoyen en ellos, pero si representas todas y cada una de las escenas, esos niños no pueden utilizar su imaginación para visualizar los lugares como ellos quieran, y por lo tanto tampoco hacer suya la historia.

El último punto que necesitamos saber sobre formato para ubicar este texto, sería la tipografía. El aspecto interno del libro es limpio, con esto quiero decir que los párrafos seleccionados por cada página son de un tamaño que complementen a la imagen (en caso de que apareciera). Un dibujo grande, con un texto pequeño al lado y viceversa, consiguiendo momentos de relax con los dibujos (sabiendo que a esta edad todavía sirven de guía en algunos casos). Puedo decir que el espacio esta muy bien aprovechado para lo que queremos. Cada letra, cada palabra y cada párrafo tiene su espacio en la página.
Tiene un tipo de letra muy legible, y podría decir que ronda el tamaño 14 de letra. Los márgenes son considerables.
Todo esto y que la lectura se facilite para leer de un tirón, le proporciona una recompensa inmediata al esfuerzo realizado.

CONTENIDO:

Está fuera de toda duda que la edad condiciona el tipo de lectura que se puede ofrecer a un niño. Pero aún así la edad no es determinante. No todos los niños de siete u ocho años tienen el mismo grado de madurez, ni la misma formación.

A pesar de que antes explicaba mi crítica en relación a la ilustración, el tema me parece muy apropiado para la edad que propongo, por lo que hay una desigualdad, una incompatibilidad entre estos dos aspectos a tener en cuenta.
La literatura que propongamos al niño debe ser buena desde el estricto punto de vista literario. De nada valdrán mensajes que contengan valores si el texto que se ofrece está mal escrito, entonces aprenderán un concepto de literatura que no es real.
El tema es esencial ante cualquier libro, es el fundamento, de donde los niños van a sacar más provecho y a través del cual llegarán a la literatura como si. Por ello, no puede pasarse por alto de ninguna manera. 

El tema de este libro sería “Usar la imaginación ante cualquier adversidad”. Este razonamiento no es fácil de sacar si no entiendes el libro tanto a nivel literal como a nivel connotativo. Puede que un niño de primer ciclo pueda sacar alguno de los temas secundarios como: “Que jugar mola”, “La soledad” o “Los amigos imaginarios” pero no llegará a pensar que no pasa nada por estar solo, si tengo imaginación nada me tumbara, o si algo es mío tengo que cuidarlo aunque nadie me apoye, o a no dejarse invadir por las elecciones ajenas. Sin embargo serán muy conscientes de los secundarios, de lo más evidentes, como que trata sobre la soledad, o que tiene amigos imaginarios, aspectos que se dan cuenta al leer y que igual ni si quiera se das cuenta que es un tema que trata el libro.
A partir de los siete u ocho años, es cuando los niños comienzan a desarrollar un pensamiento capaz de razonar desde diferentes posiciones lógicas. El motivo, es que tienen interés y curiosidad por todo lo que les rodea, y eso les hace plantearse cosas. 

La estructura es muy sencilla, quizás demasiado sencilla para niños de tercero de primaria. Es lineal y transcurre en un periodo de tiempo muy corto.
La estructura es la siguiente (y así aprovecho y os cuento el argumento): 

  • Planteamiento: Un reino era tan pobre, que todos los ciudadanos se marcharon de él a un pueblo cercano.

  • Nudo: El rey solito no podía dejar el reino, sino ya no lo sería. Día tras día aburriéndose, no podía parar de inventarse juegos a los que jugar, incluso se imaginó su propia boda y su propia familia.

  • Desenlace: Una campesina, del pueblo más cercano, paseaba a su rebaño por el reino del rey solito, confesando que era el mejor pasto que había y el resto del pueblo empezó a venir a su reino sin miedo alguno.

Con solo leer esto, ya podéis deducir vosotros mismos, que se trata de un argumento ágil y dinámico, dandole la espalda a las descripciones largas y minuciosas que a esta edad tanto aburren.

Comienza a salir a la luz su preferencia por temas realistas, pidiendo explicaciones de reglas, motivos… (Ej: Reglamento de un juego). A esta edad, los niños están descubriendo el “mundo real”, los amigos empiezan a cobrar importancia mientras aprenden el significado del sentimiento de amistad y justicia. La lógica en sus deducciones empieza resaltar en su propio lenguaje.

El personaje me parece, junto con el tema del texto, lo más importante para que el libro tenga peso en la vida y la literatura de los niños. Es importante que los niños se sientan de alguna manera identificados o empaticen con la situación por la que está pasando el personaje principal. Durante estas edades, la auto-comprensión deja de ser la definición de uno mismo a través de características externas para convertirse en la definición de uno mismo a través de características internas, facilitando la empatía.
Es por eso que a esta altura de la vida, les interesan los libros sobre otros niños de su misma edad. Pandillas bien formadas, donde el niño encuentre personajes con los que se pueda fácilmente identificar y que le proporcionen modelos positivos de conducta, valores humanos que merece la pena copiar, ideas para sus juegos… en definitiva ver otras características internas para ir formando como persona.

En el caso del rey solito, los niños deberían empatizar más con el personaje, ya que es difícil identificarse con él (a menos que el niño esté viviendo un momento de soledad, y se sirva para salir de ella), de hecho, ya empatizar es difícil para un niño de primer ciclo en una obra literaria, en la realidad es natural, pero saber identificar a través de palabras, es algo mas complejo.
No solo se podría sentir identificado un niño con el personaje, sino con sus acciones o bien porque se parezca a su comportamiento, o bien como he apuntado antes, ideas para su propia vida que quieren y pueden copiar.

El valor que representa este personaje y algo que si que los niños saben identificar en mayor o menos medida, es enfrentamiento calmado y activo frente a las adversidades. Este es un valor que los niños pueden mal interpretar con respecto a si han de solucionar sus problemas o dejar que las soluciones vengan del cielo. Sin embargo el valor más importante sin duda es el de ser fieles a sus principios, vivir como él quiere, respetándose a sí mismo y a los demás.
El otro único personaje con relevancia de esta historia es una pastorcita que es la encargada de dar sentido, no a la vida del rey solito, sino a sus ilusiones. Es esa persona que te hace ver que aquello de lo que te estabas escondiendo y a lo que te estabas enfrentando era algo maravilloso para la gente que te rodea.
Por último como personaje colectivo, quiero mencionar el pueblo. El pueblo no es el problema, pero son quienes lo causan. Si los ciudadanos no se fueran del reino, el rey ya no sería un rey solito, y no tendría que sentirse solo, o abandonado. Sin embargo aquellos que provocan el problema son los mismo que regresan dando soluciones y sentido al problema.

En mi opinión sigue sin ser muy adaptado a los niños de primer ciclo como dice el propio libro, e incluso para tercero todavía creo que no pueden darle significado a todo esto.
El hecho de que no plasme estos valores de manera explicita, hace que tu subconsciente y tu mente y la del niño los mecanice de mayor o menor medida. Muchas veces no es necesario hacer demasiado hincapié en que piensen que deben hacer cuando están solos, o cuando no tienen sus principios forjados (a esa edad no sabes casi ni porque te gusta el chocolate), entonces estaremos creando preguntas.

Para terminar, es importante tener presenta a la hora de enseñar a leer, que cuando mayor vocabulario posea un niño, más fácil será el aprendizaje de la lectura.
El lenguaje me parece sencillo e interesante a la vez en este texto, ya que hace diálogos entre una misma persona. Sencillo, porque solo aparece un personaje y es difícil perderse, y a la hora de aparecer un segundo personaje la conversación les hace prestar más atención ya que es una novedad para el lector, un PERSONAJE NUEVO. No obstante, todo el texto es divertido, el personaje es humorístico, no es un rey habitual, es uno absurdo lleno de felicidad como los niños, y eso se hace ameno. Esta contado en una tercera persona explicando cada movimiento del rey y cada pensamiento absurdo que se le pasaba por la cabeza ya que acto seguido lo realizará. Al aparecer diálogos es muy interesante como los niños en sus cabezas pueden poner voces a los personajes tal y como se lo imaginen, algo que el dibujo no te deja perder. Teniendo presente que a los siete años los niños comienzan a clasificar su vocabulario en categorías gramaticales (Berko Gleason, 2003), la lectura de la literatura tiene un carácter más connotativo que puramente literal.
Comienza con una entrada muy típica, pero que engancha “Había una vez un reino…”. En muchas ocasiones el autor juega con la palabra “solito”, no sabes si se refiere a que está solito, o que le está poniendo un apodo para que empatíces con él “Se quitó la corona, colocó la diadema sobre su cabeza y contestó: -Claro que quiero, solito.”. Aparecen también onomatopeyas com “¡MUAC…!”.

Con todo esto, diría que no es un texto para niños de seis o siete años, pero si para ocho, nueve e incluso diez en algunos aspectos. Si tuviera que elegir una clase donde proponerlo, sería en tercero de primaria en vez de en cuarto. Puedo estar segura y afirmar que por lo que yo me lo leí era porque lloraba de la risa con este rey cuando me lo leí en su día, y puede que como una niña de princesas el breve final amoroso pudiera conmigo. Está claro, que era la trama lo que me emocionaba junto con el humor tan básico y absurdo que aparecía.  Sin embargo, está claro que hoy en día hay libros muchísimo mejores y que este me ha parecido muy básico y anticuado, posiblemente me actualizaría hoy en día y dejaría este para un regalo.

BIBLIOGRAFÍA

  • Santrock, John W. (2003). Psicología del desarrollo. El ciclo vital 

WEBGRAFÍA




1 comentario:

  1. Ahora está perfecto, pero quítate de la cabeza la idea de que los temas o los valores que nosotros (los adultos) percibimos en el texto los van a percibir (o los tienen que percibir) también los niños. Los niños no leen un libro para hacer un análisis, sino para disfrutarlo y todos los aspectos que lo componen deben ser cercanos y reconocibles para ellos; pero no es necesario que ellos sean conscientes de que están ahí.

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